Texto: Mark Diablo | Fotos: Ocesa
Podemos ser personas que no creen en una religión y sus instituciones, respetando las creencias de los demás, pero hay algo que es seguro, la fe es un gran motor para lograr metas y salir adelante, esa misma fe convocó a más de 50 mil personas al Foro Sol de la Ciudad de México para presenciar el concierto de The Strokes del 19 de mayo.
Entre escepticismo y dudas por como resultaron sus últimos shows en festivales del país, la gente iba con baja expectativa de lo que podrían ver. Sin embargo, los neoyorkinos aplastaron todo lo que se decía y demostraron que la reivindicación no solo es un acto de fe, sino de voluntad.
Todo comenzó con el canadiense Mac de Marco, quien presenció un Foro Sol relativamente vacío a las 18:30 horas, un horario que causó quejas pero tenía sentido de ser, pues los tres actos del día ofrecieron sets completos.
El popular multi-instrumentista se dejó querer con varios temas de su álbum 2 (2012), como "My Kind Of Woman", "Chamber of Reflection", "For The First Time", "Salad Days" y cerró con "Still Together", no sin antes llevarse el regalo preferido del público: un Simi-peluche.
A las ocho de la noche tocó turno de The War On Drugs, el recinto ya se notaba decentemente lleno, aunque aún pegaba el sol. La agrupación abrió con "Burning" y "Pain", captando rápidamente toda la atención y dejando lucir su indie rock con toques de psicodelia.
Golpes de batería hipnóticos con suaves teclados y coros, solo faltó ecualizar mejor el saxofón para que pudiera destacar de los riffs de guitarra eléctrica, fuera de eso, fue una gran presentación. Incluyeron temas como "Red Eyes", "Under The Pressure" y recibieron el anochecer con "I Don't Live Here Anymore", con un set de cerca de hora y veinte minutos.
Llegaba el momento de la banda estelar, una prueba para demostrar si el paso del tiempo los tiene en el lugar exacto o les queda grande la estima que se les tiene, sumado a la incertidumbre de si saldrían a tiempo o tarde, si Casablancas estaría apto para cantar o solo saldría a hundir el barco.
Con solo 10 minutos de retraso, algo que entra en los parámetros de lo normal, The Strokes fueron tomando su lugar en un escenario lleno de luces, colocadas al fondo, en la parte superior y en la más baja, dejando un juego muy colorido con cada melodía, en ocasiones, se valieron de lassers para encantar a la asistencia.
Su escenografía estaba adornada con una larga estructura escalonada, donde Fabrizio Moretti descansaba con su batería en la cima, mientras que Nick Valensi, Albert Hammond Jr y Nikolai Fraiture paseaban de un lado a otro, de arriba a abajo, con sus guitarras y bajo respectivamente.
La banda abrió con "Bad Decisions", lo cual estaba lejos de ser una profecía de lo que veríamos, pues Julian Casablancas salió bastante lúcido, lo suficiente para cantar bien, aunque en el límite para no entenderle lo que decía al hablar. Digamos que salió enfiestado, con el ánimo perfecto para encender las cerca de dos horas de show que ofrecieron.
La noche estuvo plagada de clásicos, especialmente de los discos Is This It? (2001), Room On Fire (2003) y First Impressions Of Earth (2006), con canciones como "Hard To Explain", "New York City Cops", "Someday", "Reptilia", "What Ever Happened?", "Between Love & Hate", "Juicebox" y "You Only Live Once".
También se le dio un lugar especial a las de su más reciente producción, The New Abnormal (2020), canciones que fueron muy bien recibidas y que contaron con los mejores juegos de luces y de pantalla. Destacaron "The Adults Are Talking", "Selfless" y "Eternal Summer".
The Strokes se retiraban con una gran ovación después de tocar "Under Cover of Darkness", se hicieron del rogar unos minutos y volvieron para tocar un encore de cuatro temas que iniciaron con "At The Door" y se despidieron de la Ciudad de México con "Take It Or Leave It".
No cabe duda que el quinteto se reivindicó totalmente de las malas críticas, dieron uno de los mejores conciertos del año y, quizás, el mejor show que han dado en México hasta la fecha.
La fe ciega de sus fanáticos y gustosos del rock fue enorme, arriesgaron una tarde para un concierto con advertencia apocalíptica, pero terminó como una gran experiencia religiosa, las plegarias fueron escuchadas y el rito salió glorioso, The Strokes cumplieron y dejaron todo en el Foro Sol. Así pueden seguir viniendo cada que se les antoje.
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