Volver a sentir, volver a escuchar, a observar, vibrar, cantar, son pasos que se dan lentamente y se sienten tan similares a una primera vez. Así fue volver a los conciertos presenciales, se sintió como un nuevo comienzo, posiblemente lo mismo que sintieron Petite Amie al presentar su disco debut homónimo encabezando su primer concierto en Bajo Circuito.
Lo sé, han habido auto-conciertos, palcos, festivales virtuales y eventos con sana distancia, incluso algunos toquines y probablemente quien lea esto ya comenzó a asistir a algunos, quizás no, pero es seguro que quienes amamos la música en vivo pasamos o pasaremos por esto en su debido momento.
Quienes ya pasaron por esto coincidirán conmigo en que el primer concierto es raro al principio, no sabes que hacer, cómo comportarte ni dónde deberías estar, pero conforme avanza la noche tu cuerpo va recordando todo lo que bien aprendió show tras show. Es como pasar por terapia y tener una rápida recuperación.
09 de octubre, esperando a que llegue la hora del concierto mientras el sol se esconde tras los edificios de la colonia Condesa, hacer fila fuera de Bajo Circuito e ingresar al inmueble, viejas tradiciones que alteran los nervios en un buen sentido, te erizan la piel, tiempo sin hacer esto.
Año y medio o quizás dos sin pisar este lugar, aún está como la última vez que lo dejamos. La vibra es un tanto extraña, gente muy calmada y separada en grupitos, la pista enfrente del escenario está vacía, no sé si es medida sanitaria o realmente nadie desea acercarse tanto, por ahora.
Cerca de las nueve de la noche se apagan las luces, la gente un tanto más cómoda y con algunas bebidas en su sistema se alegra, se siente la alegría mezclada con el desconcierto. Carla Rivarola sale al escenario y saluda al público, se nota la felicidad en su inigualable sonrisa.
La cantante y compositora inicia su set, con guitarra eléctrica en mano comienza a darnos sus dosis acústicas. Esto es rock en su más pura expresión, solos de guitarra impecables, letras personales que te llegan, un grupo bien ensamblado que da todo en el escenario desde su primer tema, esto es por lo que estamos aquí.
Es un deleite verla interpretar en el escenario, no solo por la calidad de su voz, la melodía de sus canciones y su forma de tocar, sino por todo lo que logra orquestar en vivo con el grupo. Con el paso de las canciones, Carla se ve más cómoda, el público también y eso lo logra transmitir.
Durante su presentación sonaron Médula Silvestre y Pólvora, antes de terminar nos adelanta una nueva canción: La Gravedad. En este punto, ya nos tiene bien amarrados a su música, queremos seguir escuchando más, Rivarola se deja consentir al grito de "otra" y nos deja con La Llave de Mi Casa, gran forma de cerrar.
La parte más importante del artista que abre un concierto es hacerte sentir cómodo, irte preparando para el acto principal, la presentación de Carla lo logró completamente, fue la elección perfecta para iniciar, pues dejó a los asistentes listos, emocionados y ya bien familiarizados, nos hizo olvidar ese temor y quitó esa vibra extraña en el aire. Volvimos a ser felices.
El público dejó de lado esa distancia que había con el escenario, ya estábamos pegados a la valla de contención, entre risas, bailes, abrazos, todo estaba bien puesto para el acto principal.
Al correr la cortina del Bajo Circuito, salen Petite Amie con mucho entusiasmo, saludando, se nota la fusión de alegría y nervios, más notorio en los rostros de Aline e Isabel, quienes a final de cuentas son las que dan la cara por el grupo y a quienes vemos al frente durante su presentación. Spoiler alert: mientras más tocan, más confiadas y desenvueltas se ven con el escenario.
Abren directo con Vraiment, los gritos y la emoción de quienes les veíamos no se hacen esperar, entre fanáticos y conocidos, se vuelve un momento de mucha felicidad. Siguen con El Delirio y literal, es un delirio escucharles, suenan tan perfecto como en el disco pero con más fuerza, quizás por la batería.
Creo que pocas veces podemos escuchar a un grupo que en vivo suenan tan impecables como en una grabación, sobre todo recordando que es uno de sus primeros conciertos. Una banda que nació en plena pandemia y que por lo mismo, pocas oportunidades han tenido de probarse ante el público.
En este momento, no solo el sonido es parecido al del álbum, nos hacen pensar que el orden de canciones también lo serán pero no, nos consienten con otro de los hits, C'est Pas Moi. La gente cantando aún cuando las letras son en francés, es hermoso ser parte de esto.
Siguen fuertes con más de los sencillos que ya conocemos, Refugio y Desastre. Lejos de ser un desastre, nos sentimos en un refugio musical. Se toman un tiempo para agradecer al público y el momento que se vive, corrigen algunos problemas con el equipo y a seguir con Raviens y Sumérgete.
Para el último tercio de temas eligen los más movidos, Post-Punk que nos aleja de esa vibra psicodélica y sensual que predominó durante el primer bloque de canciones, y nos llevan a un rock más fuerte y bailable. Y justo recalcan el baile con tintes de synth con Elektro, incluso Isa se suelta a bailar y jugar un poco con la audiencia.
"Esta canción es el tema que hicimos para despedirnos", menciona Aline antes de tocar la última rola de la noche y salir del escenario, Adiós, no sin antes reflejar esa alegría de una exitosa noche de rock psicodélico en el Bajo Circuito.
Y aunque pedimos otra más, el grupo lo ha dado todo esta noche, termina el concierto de Petite Amie, con algo que se les quedará para siempre en la cabeza.
Se siente bien regresar a los conciertos, pero se siente mejor ver actos nuevos que están marcando el camino de lo que será el circuito musical de la ciudad, quizás del país, en los próximos años. Proyectos novedosos que suenan con una calidad casi indescriptible, pero en especial, que se nota que lo hacen con gusto, por el amor a la música y al escenario.
De verdad, Petite Amie es una agrupación que recomendamos ver en cuanto puedan.
Aquí, la galería de fotos del concierto.
CARLA RIVAROLA
PETITE AMIE
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